La fuerza de Gedeón estaba en su indignación. Pero esta indignación no estaba en su corazón, pero sí en su mente. Gedeón tenía la conciencia del Dios de sus antepasados y de Sus poderosas maravillas; que Él era – y siempre Lo será - Dios Omnisciente, Omnipresente y Todopoderoso. Es decir, ¡un Dios que actuaba de verdad!
Por medio de Sus siervos fieles y dedicados, Dios libertó a tres millones de esclavos del Egipto y de sus hijos constituyó la nación de Israel. Esto suscitó la envidia y, consecuentemente, la ira de los pueblos del Oriente. ¿Cómo podría un grupo de esclavos tornarse en una nación? Todos fueron en contra y no aceptaron tener a Israel como patria. Un caso semejante sucede con la Iglesia Universal del Reino de Dios delante de las demás iglesias y religiones del mundo.
A causa de la fe racional, Gedeón era indignado en contra de la situación que vivía su país; él no aceptaba creer en un Dios tan grande y sujetarse a la esclavitud impuesta por sus enemigos. La indignación de él no era un simple sentimiento que venía del corazón, pero que trasbordaba de su intelecto. ¿Cómo aceptar la esclavitud cuando Dios ya los había libertado un día? ¡Esto es la fe inteligente!
La Fe emotiva no deja que la persona tenga valor de tomar actitudes concretas. Este tipo de persona es la que no tiene valor de sacrificar la vida por la salvación, y mucho menos para conquistar beneficios. Son individuos cobardes y sujetos a circunstancias adversas. Pero lo mismo no sucede cuando la fe es separada de la emoción. Este tipo de fe rehúsa una vida mezquina, miserable e indigna.
Si Dios es Padre y dueño de todo en el universo, ¿puede Su hijo vivir una vida sin calidad?
¿Usted cree que la Fe racional, sobrenatural e inteligente acepta esto? ¡Sólo los hijos de las tinieblas aceptarían algo así!
- NO IMPORTA CUANTO TIEMPO TARDES,LO IMPORTANTE ES SABER QUE LLEGARÁ(CONFIAAA)
- PORQUE LO QUE FACIL VIENE, FACIL SE VÁ...!
