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jueves, 19 de mayo de 2011

Never Say Never...


NUNCA DIGAS NUNCA:
Aunque nadie crea en tí, lucha por lo que quieras no importa cuantas veces hallas intentado, lo importante es que nunca te canses de pelear la batalla que tienes delante de tí 

bendito serasss





Video muy lindo...

¿Qué es lo que marca la diferencia? 2º Parte



Usted también puede decir que está en la Iglesia y conoce la Palabra de Dios hace años, pero será que está salvo? Será que está valorizando más las cosas que tienen un principio y un final a comparación de las cosas espirituales? Esta es una pregunta que sólo usted puede responder, porque si invirtió apenas en lo que se ve, se toca y se usa aquí, su alegría, realización y bienestar son temporales. Y todo lo que usted conquistó para quien quedará? Usted debería haber luchado y conquistado para disfrutar, pero nunca debe olvidarse que la única cosa que se conquista en esta vida y se lleva consigo después de la muerte, es la salvación. Al final, esto es para todos, porque todos pecamos y carecemos del perdón de Dios. Por eso, Cristo vino y Se entregó en la cruz, para que usted y yo tengamos nuestro nombre escrito en el Libro de la Vida. Y cuando llegue la hora de enfrentar la muerte, la enfrentemos sin miedo, porque sabemos para donde vamos, para Dios.
“Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.” (Lucas 12:21) Usted tiene todo el derecho de gozar una buena vida, agradable y perfecta. Así mismo, no se olvide de que esa vida será disfrutada por 40, 70 o 100 años, y después acaba? No, claro que no! Entonces, usted tiene que disfrutar de una vida buena, agradable y perfecta, pero también con su alma salva, lavada con la sangre de Cristo que limpia todo el pecado, que borra nuestro pasado y nos hace Hijos de Dios.
Usted puede decir que es rico para su familia, la iglesia, el mundo, para sí mismo, pero será que es rico para con Dios? Según este pasaje bíblico, para que esto acontezca usted tiene que ser una persona disciplinada, colocando los valores en su debido lugar, viendo lo que no conviene y parando de practicar todo aquello que pone en peligro su salvación, su comunión con Dios. Pero, además de ser humilde y disciplinado, usted debe ser una persona obediente a la Palabra de Dios. Y usted puede decir: “Pero, yo no siento voluntad de orar, perdonar y alabar? Pero, quien le dijo que usted tiene que sentir algo? No es una cuestión de sentir, sino de creer y hacer. Usted sabe que hizo su parte y que Dios hará la de Él. A eso llamamos fe inteligente. Y si usted es una persona equilibrada, consecuentemente, será una persona perseverante en todo lo que es bueno y agradable para Dios. Independientemente de lo que los demás hagan o digan, usted debe hacer su parte y Dios hará la de Él.